Disclaimer: Crepúsculo y sus personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La laptop, los amigos de Bella y la historia son míos.
Capitulo 9 — Estancia II
— ¿Qué haces acá? — ¿Qué te importa? Amén, conciencia. Pero, si al menos iba a tratar de tener una relación laboral con Edward debía contestarle bien
— Tuve pesadillas y se me quito el sueño — Bostece audiblemente y sisee — Olvídalo, el sueño regreso a mí, te veo luego — Y antes de que dijera algo más me levante de la roca con mi nuevo mejor amigo, subí las escaleras y me acosté en la cama, relajándome al punto de suspirar y caer dormida.
¿Puedes oírme?
¿Estás tú cerca de mí?
¿Podemos fingir que nos vamos y después
encontrarnos otra vez
cuando nuestros coches choquen?
¿Estás tú cerca de mí?
¿Podemos fingir que nos vamos y después
encontrarnos otra vez
cuando nuestros coches choquen?
Helena – My Chemical Romance
— ¡Arriba!
— ¡No quiero! — Le respondí en un grito a Alice, me hice un ovillo en la enorme cama.
— ¡Debes levantarte! — No sé cuanto tiempo llevábamos en la misma discusión pero yo lo único que quería hacer era dormir ¿Acaso era mucho pedir?
— ¡No lo voy a hacer! — Sentí como la mano helada de Alice me ubicaba debajo de las cobijas y tocaba repetidas veces mi brazo, le quite el dedo de un manotazo
— Carlisle dijo que debes tener un horario de comidas, para tener una mejor recuperación. Así que ¡Arriba! ¡No seas perezosa! — Y me quito todas las cobijas de encima, me abrace a mi misma para evitar el frío, pero este no llego; abrí un ojo y la luz me cegó. El día soleado y brillante era deslumbrante…y deprimente. Todos los Cullen se quedarían todo el día conmigo, abrí los dos ojos y la sonrisa de Alice me recibió.
— ¡Buenos días, dormilona! — Me saludo efusivamente, después de que me senté en la cama
— Hola, Alice — Musite bostezando y estirándome. — No es bonito levantarse así — Le conté mientras me levantaba y me dejaba caer hacia adelante, mis dedos tocaron las puntas de mis pies. Pude ver a través de mi cabello la sonrisa de Alice
— ¡Esta soleado! — Exclamó emocionada y sonriente — Vamos a que desayunes — Tomo mi mano dispuesta a llevarme a la cocina, me solté
— Puedo caminar sola — Le dije mientras tomaba a mi mejor amigo de la pared y empezaba a bajar las escaleras, escuche a Alice refunfuñar.
Un plato con un poco de frutas picadas y yogurt, un vaso gigante de leche y un poco de queso era mi desayuno. Lo había preparado Esme y Emmett.
— ¡Gracias! — Exclame hambrienta mientras me sentaba en el largo comedor, pero antes de que pudiera tomar el queso Carlisle puso unas pastillas frente a mis ojos.
— Te ayudaran con los nutrientes que te faltan, debes tomarlas antes de cada comida — Asentí a la orden de Carlisle y tome las dos cajas de medicamentos. — Y nada de cigarrillos — Me dijo seriamente, entonces recordé.
— ¿Emmett? — Murmure, y antes de que pudiera parpadear el enorme chico que en algún momento quise como mi hermano mayor, estaba frente a mí.
— ¿Si, Bella?
— Lamento haberme comportado así ayer — Le di una sonrisa de disculpa — No tengo excusa, ¿Me disculpas?
Frunció el ceño confundido, y después una enorme sonrisa ocupo su rostro — No hay que disculparse, Bella. Supongo que fue la tensión del día — Se sentó en la silla de al lado y sonrió — ¿Quedo rico? — Me pregunto viendo mi comida, yo asentí sonriente
— Eres buen cocinero — Le asegure
— Entonces… ¿Eres un zombie?
— ¿Disculpa? — Le pregunte, sonrió pícaramente
— Ayer, te escuchamos tocar una canción. Y tú decías ’’Yo soy, yo soy, yo soy un zombie’’. Cantas muy bonito — Sonreí. Había olvidado cómo eran la conversaciones con Emmett, eran divertidas y simples; como debería ser la vida.
— Gracias, y la canción… es sobre la gente que me juzgo — Le dije con sinceridad
— ¿Qué te juzgaron? — Pregunto mirándome
— Mi cambio — Le respondí — Todos se acostumbraron a verme como la dulce Bella y cuando vieron mi lado oscuro me juzgaron demasiado. Jessica y Lauren se la pasaban revisándome las raíces del cabello, buscando algún rastro castaño; cuando se rindieron me aislaron por completo y desde entonces me la pasó con mis chicos. Esas perras me mostraron la verdadera secundaria. La cruel y fría secundaria — Mire a Emmett y negué con la cabeza — Sexo, drogas, perras y bromas crueles, la verdadera secundaria — Lo mire
— He visto varios ejemplos — Me aseguro sonriente — Por ejemplo; cuando estudiábamos en Alaska, una chica estaba enamorada, de el novio de la chica popular, después de que la linda pareja hubiera terminado, ella…la chica enamorada le quito los implantes y el maquillaje a la chica popular. Le dijo que ella había visto los sueños más salvajes de él hacerse realidad y que ninguno de ellos la involucraba. Se quedo con el chico. — Me miro y puso los ojos en blanco — Fue muy divertido, la chica popular casi llora por la humillación.
— La verdadera secundaria — Repetí y mordí el último trozo de fruta — Gracias, te quedo muy rico; deberías ser chef — Cuando me quise levantar, Emmett me volvió a sentar y yo hice un puchero
— Quédate, vamos a discutir que vamos a hacer estos días soleados — Asentí y me puse a hacer figuras imaginarias sobre la madera de la mesa.
— ¿Y cuántos…? — No pude terminar la pregunta
— ¿Cuántos días soleados? Tres — Respondió Alice sonriente — Los mismos que tú te vas a quedar con nosotros — Me dijo mientras se sentaba en la silla frente a mí. Jasper se sentó al lado de ella, en la cabecera iba Carlisle y a mi lado estaba Esme. Justo al lado de Emmett se sentó Rose. Edward estaba al final de la mesa ¿Por qué tanta organización? ¿Les quedaba difícil sentarse en el sofá tomando copas de… sangre? ¿O les quedaba complicado gritar a través de los pasillos?
Entrelace los dedos debajo de la barbilla y fruncí el ceño — ¿Qué hay que hacer? — Le pregunte a Carlisle mientras miraba que yo era la única con un plato al frente.
Bicho raro.
— Planeábamos ir de caza, pero a causa de tu pequeño imprevisto no podremos ir — Musito Carlisle — ¿No te molestaría salir?
— ¿A dónde? — Le pregunte
— Al bosque, podríamos cazar algo y turnarnos para cuidarte — Me miro preocupado — Si te parece
— Por mí no hay problema— Me encogí de hombros — ¿Ya me puedo dar una ducha? — Carlisle hizo ademan de que ya podía irme. Me levante de la silla y llegue a mi habitación, me di una ducha lenta y cuando salí desenrede mi cabello rápidamente; me puse un jean tubo, una camisa a cuadros y mis converse negras. Tome un moño negro y lo puse para adornar mi cabello, las ojeras aún eran visibles.
Baje las escaleras y abajo estaban todos los Cullen.
— Toca ir en el Jeep — Dijo Carlisle — Emmett, ¿Te molestaría conducir con Bella a través del bosque?
— ¿Puedo llevar a Rosie? — Le pregunto, casi le rogo Emmett a Carlisle. Apreté los labios para no soltar una carcajada ¿Rosie? ¿A la fría y putamente hermosa Rosalie Hale le decían ’’Rosie’’? ¿En serio?
— Por supuesto, Emmett — Le contesto Carlisle. Busque a Rosalie con la mirada, ella miraba por la ventana sentada a los pies de esta; su piel soltaba millones de pequeños brillos y se veía terriblemente hermosa mientras ella abrazaba sus piernas. No era la clase de belleza dulce que esperas ver en una chica ultra femenina; era una belleza ruda, la belleza de una flor exótica en medio de un montón de aburridas margaritas, la belleza que realmente valía la pena en una chica. Ella levanto la mirada y sus ojos reposaron en los míos durante unos instantes, se levanto y me miro con una sonrisa suave. Un escalofrío me recorrió la espalda. Aún no me acostumbraba a que Rosie me sonriera.
— Vamos, oso — Le dijo Rosalie entrelazando los dedos con los de Emmett y dándole un fuerte beso en los labios. Mire como de reojo Edward me observaba.
— Vamos, Bellita — Dijo Emmet sonriente tomando a Rosalie de la cintura y jalándome con la otra mano; le seguí los pasos lentamente y al cabo de unos pasos tenía al enorme Jeep de Emmett frente a mí. — ¿Te ayudo a subir? — Me pregunto sonriendo y yo asentí con la cabeza, no era agradable que la puerta del Jeep me llegara a la cintura. Emmett me abrazo la cintura y de un salto me metió al Jeep. Rosalie se subió por la puerta del copiloto y Emmet se subió de piloto, me abrace mirando por la ventana.
El día era soleado y bonito, de esos días en que lo único que quieres hacer es ponerte unos shorts y leer un libro a la luz del sol o ir a comer un helado viendo a los niños jugar. Pero para mí no. Siendo albina la luz del sol era increíblemente fastidiosa; en Phoenix yo solía salir siempre con mi sombrero para evitar el sol, amaba el calor sobre mi piel, pero la sensación de que el sol te quemaba los parpados era desesperante, esa fue una de las razones por la que también quise refugiarme en Forks; mire por la ventana y el deslumbrante brillo del sol fue fastidioso, me cubrí los ojos con una mano mientras me recostaba en al asiento trasero.
— ¿No te gusta el sol? — Me pregunto Rosalie
— Sí y no — Le conteste — Me gusta la sensación de calor en la piel pero no me gusta sentir como el sol me atraviesa los parpados — Me miro y de nuevo se dio vuelta en su lugar
Cuando llegamos a no–tengo-idea-donde Emmett me ayudo a bajarme y sentarme debajo de un árbol. Me sentía como una jodida muñequita.
Oh sí, ya te van a coser botones en los ojos y coserte la boca. También te van a aplicar rubor en las mejillas.
Lo de los ojos de botón sonaba bien, terrorífico y bien.
— Primero van Edward, Emmet y Rosalie — Dijo Carlisle — Aléjense lo suficiente para que el olor de Bella desaparezca — Ordeno y antes de que pudiera parpadear tres borrones pasaron frente a mis ojos.
— ¿Y qué vamos a hacer mientras tanto? — Le pregunte a Carlisle sentándome al estilo indio, ¿Tendría que echarme brillantina para no parecer un bicho raro? Carlisle, Esme, Alice y Jasper brillaban en la deslumbrante luz del sol y yo miraba mis pies. Me quite los zapatos y los calcetines, todos se quedaron viendo el tatuaje en mi pie derecho. Consistía en varias flores negras que se enlazaban con pequeñas y delgadas líneas negras. ¿Nunca habían visto un tatuaje?
— Me gusta — Aseguro Alice, yo simplemente le sonreí y me acosté en la hierba. Disfrute de la sensación del sol calentándome los pies.
— Un sabroso oso, Carlisle — Escuche la voz de Emmett y abrí los ojos, me había quedado dormida.
— Vamos, muchachos — Dijo Carlisle tomando la mano de Esme y sonriéndole dulcemente; Jasper y Alice desaparecieron siendo borrones, Esme y Carlisle le siguieron.
— Me gusta tu tatuaje — Dijo Emmett sonriendo y sentándose a mi lado — ¿Cuándo te lo hiciste?
— En octubre del año pasado — Le dije. El tatuaje me lo había hecho justo un mes después de mi cumpleaños, una leve metáfora de que yo había cambiado en muy poco tiempo. La dulce Bella nunca se hubiera tatuado, yo sí.
— ¿Dolió? — Me pregunto viendo el tatuaje, lo mire y sus ojos dorados desprendían diversión. Negué con la cabeza.
— No mucho
Me recosté nuevamente en la hierba, evitando mirar a Edward. La cosa era que si lo veía bajo el sol recordaría los días del verano en nuestro prado y rompería a llorar como una niña pequeña. Debía ser fuerte y no demostrar lo mucho que me afectaba.
Me acomode debajo del árbol y estire las piernas. Escuche una risita y vi que Emmett le mordía juguetonamente el cuello a Rosalie.
¡Porno en vivo!
Y antes de que pudiera parpadear Emmett se había llevado a Rosalie cargada. Me quede mirando por donde se habían ido. ¿Me estaban jodiendo, cierto? No me podían dejar sola con Edward en medio del bosque. Me atreví a mirarlo de reojo. Realmente yo necesitaba brillantina. Edward brillaba a la luz del sol y yo lo miraba abrazándome las piernas; ¡Qué incómoda situación! Tenía que hacer algo al respecto y hablar no daba señales de interés en escuchar su voz ¿Cierto?
— ¿Qué tal la pasaste anoche? — Le pregunte, su rostro de serio paso a sorprendido; levanto la mirada y me miro frunciendo el ceño
— Normal — Se encogió de hombros — Solo estuve escuchando música ¿Y tú?
— Antes de bajar al jardín de Esme tuve pesadillas — Le respondí recostándome al lado de él — Después de hablar contigo dormí bien… hasta que Alice me despertó a los gritos — Edward sonrió levemente y una suave sonrisa se dibujo en mis labios al verlo sonreír, borre mi sonrisa de inmediato.
El sol se fue poniendo y yo seguí hablando con Edward de banalidades. Hablamos sobre el instituto, sobre la hiperactividad de Alice y sobre las graciosas historias de Emmett.
— ¿Recuerdas cuando Emmett perdió una apuesta con Jasper y Esme perdió su jarrón favorito? — Le pregunte sonriendo; no tengo idea como resulte recostada en sus piernas y él estaba reclinado hacia mí.
— Fue muy divertido — Aseguro — Esme aún no se lo ha perdonado a Emmett. — Yo solté una risa y cerré los ojos disfrutando el momento de paz. — ¿Bella? — Me pregunto Edward
— ¿Sí? — Le pregunte con los ojos cerrados y sonriendo
— Tienes una hermosa sonrisa — Me dijo y yo abrí los ojos sorprendida — ¿Por qué la escondes? — Sentí el calor en mis mejillas, hace mucho no me sonrojaba y fue muy extraño sentirlo. Gire la cabeza, incomoda por el halago y el cuestionamiento de Edward. Me encogí de hombros, yo tampoco estaba muy segura de por qué evitaba sonreír con Edward; él se inclino un poco más y yo –por algún extraño motivo – eleve mi cabeza hacia la suya, sentí su frio aliento mezclarse con el mío y yo sabía que si me besaba yo no iba poder parar.
Mi cuerpo no estuvo de acuerdo conmigo y mis brazos se enredaron en su cuello, sus manos fueron a mi cintura, mis piernas se acomodaron en torno a su cadera y sus labios rozaron los míos tiernamente.
Oh Dios.
Mis labios ardían y ansiaban el contacto de Edward, nunca me había besado así, mis dedos se enredaron en su cabello y apreté mis piernas entorno a él, Edward jadeo entre mis labios y yo lo seguí besando, sus labios se movían contra los míos y su lengua hizo contacto con mi labio inferior, gemí en su boca y Edward me estrecho entre sus brazos con fuerza, casi no podía respirar, cuando su lengua hizo contacto con la mía lo apreté más contra mí y Edward me abrazo más fuerte.
— Chicos, Carlisle dice que…, oh mierda, lo siento.
» ¿Do you love it?
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