Disclaimer: Si Crepúsculo me perteneciera no estaría frente a mi computadora, sino firmando libros. Los personajes son de Stephenie Meyer, excepto uno que otro. La trama es de mi propiedad.
Capitulo 6 – Lo arruinaste
Tú fuiste mi conciencia,
Tan sólida.
Ahora eres como el agua
Y comenzamos a ahogarnos.
Tan sólida.
Ahora eres como el agua
Y comenzamos a ahogarnos.
Monster – Paramore
-Isabella- Recalco mi nombre completo- ¿Podemos ir arriba a mi habitación?- Me encogí de hombros
-Ok -¡Carajo! Tenía que ser decente con ellos porque era la disquera, era lo que menos quería, pero era lo mejor para mí y mi pobre salud mental. Subimos al cuarto y sentí las piernas temblar mientras el abría la puerta de su habitación.
Ya estábamos sentados en la habitación de Edward, en un silencio tenso. Después de haber entrado a la habitación me había sentado en el sofá y Edward se había sentado al otro lado.
El maldito silencio me molestaba y fastidiaba ¿A que me había traído a su habitación?
-Lo que sea que me vayas a decir, Cullen, suéltalo –Le dije realmente molesta
-¿Qué te paso? – Me miro con dolor a los ojos
– ¿Qué me paso de qué? – Le cuestione
- Tú no eras así, tú eras dulce…y tierna, también inocente ¿Dónde quedo mi Bella?
-¿Tu Bella? Búscala, se quedo en el bosque llorando - Le conteste ácidamente, la verdad quería terminar esto rápidamente; entre más rápido, menos doloroso
– No me refiero a eso, me refería a que has cambiado demasiado – Me dijo con voz calmada
- No me digas que ahora tú me vas a venir a reclamar - Le entrecerré los ojos - ¿O es que ahora fui yo la que hice algo mal? Eres un hipócrita Cullen, un maldit…
-Escúchame-Me interrumpió- se que hice las cosas mal. Sé que debí haber tenido en cuenta tu opinión, pero creí que era lo mejor para ti; yo quería protegerte…
- ¿De qué? ¿De Jasper? Tú sabes que yo te quería ¡Yo hubiera dado mi vida por ti!- Exclame ya desesperada de que no viera mi punto- Pero no te importo y me dejaste en el bosque destrozada – Le entrecerré los ojos – Te aprovechaste de mí, ¡Qué estúpida fui al creerte que me querías!, ¿Qué te hice para que fueras así de cruel conmigo? Aparte de ser una completa idiota ¿Hice algo malo para que pasara todo esto? ¿No te basto arruinar a la ingenua humana?
- ¡Yo te amo! – Me interrumpió, su rostro estaba a pocos centímetros del mío; sus manos me sostenían por los hombros pegándome aun mas al sofá – Te deje porque pensé que conseguirías una vida humana – unió su frente a la mía y me miro a los ojos – Creí que me olvidarías y que yo solo sería otro recuerdo; y me di cuenta de que yo no podía vivir sin ti – Suspiro, sus ojos ardían contra los míos – Perdóname, Bella yo quiero empezar de nuevo contigo y olvidar todo lo sucedido…
– Míranos – Musite – Ya ni siquiera sabemos lo que queremos – Puse mis manos en su pecho, alejándolo de mí – Apártate, Cullen – Murmuré con voz fría, él se alejo de mi rostro lo suficiente para que pudiera respirar oxigeno normal – ¿Y? Supongo que planeas que me lance a tus brazos diciendo ’’Te amo Edward’’. Eso no va a pasar – Le dirigí una mirada fría – Dime, ¿Qué planeas que pase ahora? Tu lo arruinaste, Edward – Me aparte más de él – Yo no puedo confiar en ti, no puedo – Lo mire mal y negué con la cabeza – No puedo tener nada contigo.
-¿Por qué? – Me preguntó dolido
- Porque no es justo contigo ni conmigo –Suspiré – Además en una relación se necesitan dos, y yo no estoy dispuesta a darte algo que no sea un saludo – Respire profundo antes de decir las palabras que llevaba guardándome desde que lo había visto en el aparcamiento del instituto – Te odio – Solté con toda la sinceridad del mundo, su rostro se contrajo y aparte la mirada, orgullosa – ¿Podemos ir abajo? Quiero ver a mis amigos – Listo, había dicho todo y sentía mis hombros livianos
– Vamos – Murmuró, se veía realmente mal. Apenas llegamos abajo todas las miradas se dirigieron a nosotros; supongo que los Cullen habían oído la conversación por que miraban a Edward con dolor o con rabia, no entendí porque Alice y Emmett lo miraban con el segundo sentimiento.
Me lance a los brazos de Justin sintiéndome reconfortada en ese lugar, ahí no me sentía como una perra que le había destrozado el corazón a Edward; pero Edward lo merecía. El me hizo demasiado daño. Daño imperdonable. No estaba jugando a ser Dios, a juzgar quién es bueno y quien es malo. No. Simplemente me protegía a mí y a ellos, porque sabía que cualquier intento de relación terminaría mal; con algún corazón destrozado, tal vez el mío…o el de Edward.
– ¿Ya nos podemos ir a casa? Carlisle dijo que ya habíamos terminado por hoy – Pregunto Zac; seguramente la tensión se sentía en el aire, pero yo no ponía atención, lo único que quería era desaparecer en mi habitación.
– Bella ya está aquí, lo que significa que si – Le respondió Sam – Vamos, chicos – Se acerco a mí para susurrarme – ¿Cómo te sientes?
-Liviana – Le respondí en otro susurro, ella solo sonrió y me abrazo – Vámonos
…
Ya en casa, subí a mi habitación. Quería hundirme en mi miseria y desaparecer en mi cama; me quite la ropa, me di una buena ducha para quitar el tinte y me puse mi pijama: una enorme camiseta negra que me llegaba a los muslos, recogí mi cabello en una desordenada coleta y me tire en la cama, me sentía extraña.
Me sentía decepcionada, triste, alborotada, con rabia y con unas ganas extremas de golpear algo; pero sobre todo liviana, había dicho todo y sentía como si me hubiera quitado una exagerada cantidad de peso de encima. En resumen podría decir que me sentía extraña.
Hice los deberes y adelante un tema para la clase de historia, al final del día sin saber que hacer empecé a leer un libro de Sam: Coraline, de Neil Gaiman; los golpes en la puerta me sacaron de la lectura.
– Adelante – Dije, mire como Sam ingresaba a mi cuarto con un cuaderno
– Hola Bella – Me sonrió – ¿Podemos hablar?
– Claro – Le respondí – ¿De qué quieres hablar?
– ¿Qué paso allá arriba? En la casa Cullen – Me miro – Bella, si no me lo quieres contar no me importa; pero, ¿Qué paso para que le gritaras así a tu ex?, escuchamos una buena parte de la conversación, y no fue precisamente dulce lo que le dijiste
– Tienes razón – Enarco una de sus castañas cejas – Necesito hablar con alguien al respecto y tu eres mi mejor y única amiga así que… Vale, Edward y yo terminamos; bueno el rompió conmigo, porque él creía que era lo mejor para mí – Sam frunció el seño en clara evidencia de incomprensión – Eso me dijo hoy, su teoría va en que si él se iba yo sería feliz, que lo olvidaría y que tendría una vida normal
– ¿Qué tiene Edward de anormal? – Me pregunto
No tiene nada de anormal, para nada. Oh ¿Se me olvido mencionarte que es un vampiro? Ya sabes, inmortalidad, beben sangre…
– Él era una especie de chico malo, él no quería ser una…mala persona para mi, o eso cree él – Le dije recordando las conversaciones en la cafetería con Edward – Entonces, el imagino que cuando se fuera yo lo olvidaría fácilmente…
–…Pero no fue así – Termino mi oración – No lo has olvidado ¿Verdad?
– No es eso Sam… - Quise escabullirme del tema de mi frágil corazón, cosa imposible teniendo en cuenta lo analítica que suele ser Sam.– Responde – Me ordeno
– No. No le he olvidado – Le dije firme, sin embargo, me estaba rompiendo por dentro. Sam me conocía demasiado y me abrazo mientras yo sollozaba con fuerza entre sus brazos – Yo…yo no puedo…volver a…confiar… en…en él – Solloce patéticamente en sus brazos, ella se limito a acariciarme el cabello y dejarme desahogar entre sus brazos.
No sé si pasaron horas o minutos llorando entre sus brazos, pero ya era muy entrada la noche cuando me soltó.
– ¿Mejor? – Asentí con la cabeza a su preocupado cuestionamiento – Has lo que creas correcto Bella.
– Si. Gracias por… esto, ya sabes, escucharme – Le dije realmente agradecida por haberme consolado
– Cuando quieras – Me sonrió – Voy a cenar con los chicos ¿Quieres algo? – Negué con la cabeza, solo quería una larga noche para dormir y hasta ahora el reloj marcaba las 8:00 pm. A través de los ojos llorosos vi a Sam desaparecer por la puerta con el cuaderno.
¿Ahora que iba a hacer? Sam ya se había dado cuenta de mi estado depresivo ¿Ahora quien?
¿Justin? ¿Josh? Tal vez… ¿Edward? No quería volver a caer en el hoyo de mis primeras semanas sin Edward, no quería dejar de comer ni de dormir por pesadillas crueles; solo quería que él se fuera ¿Por qué no cumplió con su promesa? Como si nunca hubiese existido ¡Patético! Él muy idiota volvió.
Mentiría diciendo que no me sentí cómoda entre sus brazos, pero me sentí insegura, sentí como si en cualquier momento estaríamos en el bosque de nuevo haciendo promesas vanas. ¡Mierda! Conocía ese familiar dolor en mi pecho, el vacio en el lugar justo donde quedaba mi corazón y el nudo en la garganta; era la misma sensación de soledad y temor; el hoyo de la pena. Me encogí en mi lugar y luche por no derrumbarme, Edward no valía la pena.
No vale la pena. No vale la pena. No vale la pena. Me dije a mi misma para calmarme, respire hondo y encendí la televisión; un nuevo capítulo de los Simpson ilumino mi cuarto.
La pequeña burbuja en la me había encerrado era un poco reconfortante, pero esta se rompió con unas terribles nauseas; corrí al baño a vomitar todo lo del día, cuando termine note un terrible sabor en mi boca. El vomito me dije mentalmente, baje la mirada al retrete para mirar el color e irme al hospital a hablar con un medico al respecto. Sin embargo, lo que vi no era algo que esperaba; era algo que no veía desde mi cumpleaños número 18, algo que me mareaba y algo que resultaba dulce en la boca de un vampiro.
Ese algo era de un rojo llegando a morado. Perdí todo el color del rostro y solté el aire de golpe.
Sangre. Yo había vomitado sangre.
»Ahora, una sensual nota de autor:
No. Esta y las próximas historias en este blog me pertenecen, no pueden aparecer publicadas en otro lugar que no sea mi profile de FF, ¿Ok?
No. Esta y las próximas historias en este blog me pertenecen, no pueden aparecer publicadas en otro lugar que no sea mi profile de FF, ¿Ok?
Love&Blood.
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